No me llames fotógrafo de guerra.
En esta película podemos ver como diversos fotógrafos hablan sobre sus experiencias en el fotoperiodismo y las fotografías que consiguieron en los momentos más difíciles.
Comienza con el ganador del World Press Photo del 2012 Samuel Aranda. Siguen con más fotografos como Manu Brabo, Emilio Morenatti, Moisés Samán, Álvaro Ybarra Zavala, Fernando Moleres, etc,
Fotografia ganadora del World Press Photo 2012, Samuel Aranda.
Todos ellos cuentan sus historias del fotoperiodismo, todos los viajes tan largos y tan duros, no solo por estar lejos de la familia sino por tener que vivir esas experiencias sabiendo que no puedes hacer nada para ayudarles, simplemente puedes sacar una fotografía, esperar que alguien con gran poder pueda verla y tener la esperanza de que harán algo por ellos.
A parte de ver los testimonios de los fotógrafos también podemos ver sus obras de arte, que aunque sean duras y a la gente pueda darles miedo o incluso asco son unas autenticas obras de arte ya que nos están contando lo que sucede en este mundo aunque no nos este pasando a nosotros mismos. También podemos ver grabaciones de los viajes y las guerras, imágenes de archivo de las fotografías de estos artistas que fueron publicadas en los periódicos o sobre sus sucesos.
Pared en memoria de los fotógrafos muertos en las guerras mientras trabajaban.
En la película vemos lo difícil que es ser un fotógrafo de este genero, sin ir más lejos vemos la historia de Manu Brabo a quien secuestraron mientras estaba haciendo su trabajo.
Manu Brabo dice unas palabras muy duras pero si en esos momentos no piensas así te seria más difícil seguir con ese trabajo. Dice que él personalmente no puede mentir a la gente y les advierte de que no puede hacer nada por ayudarles que solo puede hacer la fotografía y que si con suerte alguien que la vea quiera cambiar y ayudar a esas personas. Al escucharle hablar así pensé que era una persona muy fría pero después pensándolo bien tiene razón, él solo puede hacer su trabajo, no puede hacer más porque sino las posibilidades de morir aumentan.
Manu Brabo
Personalmente este tipo de fotografías y estos fotógrafos me parecen personas increíbles, me parece que hacer fotografías en estas guerras en las que ves a niños muriendo y sabiendo que no puedes hacer nada para ayudarlos, que no puedes cogerlos y llevártelos o simplemente avisarles que tienen a alguien cerca que esta a punto de matarlo, es algo que tiene que afectar muchísimo a la cabeza y algunos de ellos incluso tienen que tener pesadillas con todos esos momentos.
He comentado varias veces que los fotógrafos no pueden hacer nada pero como se puede ver en la película Fernando Moreles quien tuvo que fotografías a una serie de niños entre 14 y 17 años que tienen que convivir con adultos en unas prisiones. Cuando termino su serie fotográfica Fernando fundo una ONG para poder ayudar a esos niños pagando unas casa de acogida para que puedan ser libre. Asique después de todo lo malo podemos ver que algo bueno se puede sacar.
Fernando Moreles, Waiting for justice.
Concluyendo con este tema, para poder trabajar en este genero se necesita una cabeza muy fría y una fuerza de voluntad increíble. Personalmente se que no podría trabajar como fotoperiodista porque me afectaría demasiado ver todas esas situaciones y no poder hacer nada, por eso soy tan fan de la gente que puede separar su trabajo de lo personal.